jueves, 17 de agosto de 2006

17 de agosto del 2006


Encontré éste anónimo escrito en una hoja de cuaderno, doblada y un póco humeda, probablemente porque llevaba tirada ahí desde el día anterior, en un pasillo de la Universidad Iberoamericana a las 6:45 de la mañana con una pluma BIC negra atorada en una de sus esquinas:

"El problema no es que la mujer diga o no groserías, el problema radica en la destrucción del ideal estético y divino que la mujer representa en nuestra sociedad. La madre, la creadora y generadora de vida. Lo más cercano a Dios que existe en el planeta son las mujeres. El hombre es profano, imperfecto y superficial, bruto y torpe, en el hombre las grocerías resultan aceptables por su inherente naturaleza imperfecta, esa naturaleza que nos hace añorar la perfección de las mujeres más que a nada en esta vida. Cuando una mujer utiliza, en exceso, malas palabras o tiene mañas y movimientos masculinos pierde esa naturaleza divina por momentos, rompiendo en pedazos la imagen que el hombre tiene de ella."




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